El miércoles 21 de mayo de 2025, el ejército israelí atacó a un grupo de diplomáticos de más de 30 países, entre ellos el titular y el representante alterno de la Oficina de la Representación de México en Palestina, el Embajador Pedro Blanco Pérez y el Primer secretario Julio César Escobedo Flores, que se encontraban en una misión oficial para evaluar la situación humanitaria en Yenín, Cisjordania ocupada.
No podemos normalizar que un país ataque misiones diplomáticas, ni que justifique su brutalidad con excusas administrativas
Por lo anterior, en mi calidad de presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, condeno enérgicamente la inaceptable agresión del ejército de Israel, que constituye una violación directa y flagrante al Derecho Internacional y, en particular, a la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, que establece la inviolabilidad de los agentes diplomáticos. Este hecho representa una afrenta a los principios establecidos en la Carta de las Naciones Unidas, sobre la convivencia pacífica entre los Estados y es un nuevo ejemplo del deprecio absoluto que el Estado de Israel demuestra por las normas que rigen el sistema internacional.
Esto ocurre en medio de un genocidio en curso en contra del pueblo palestino, que ha cobrado la vida de más de 61 mil personas, entre ellas 21 mil niños que han desaparecido en la Franja de Gaza, mientras la comunidad internacional mantiene un silencio cómplice. La impunidad de Israel es una construcción colectiva que está poniendo a prueba a la humanidad.
No podemos normalizar que un país ataque misiones diplomáticas, ni que justifique su brutalidad con excusas administrativas. Tampoco debemos tolerar que la limpieza étnica, el castigo colectivo y el desplazamiento forzado sigan ejecutándose ante los ojos del mundo, sin consecuencia alguna.
Reitero mi más enérgica condena ante este inaceptable acto. La diplomacia no se puede ejercer bajo amenaza de fuego. Israel debe rendir cuentas.